martes, 10 de mayo de 2011

¿y ahora?

Cada mañana que abro los ojos es un despertar a la vida, es un camino nuevo a recorrer y aunque tenga los recursos aprendidos de el día anterior, ahora son diferentes en algún sentido. Como si mi conciencia evolucionara, pero no sin la nebulosa cubriéndome.
Son pocos los días en los que despierto con mente despejada, como si en un lapso de tiempo, se cumpliera un siclo de aprendizaje y ese día de adelantara a los hechos y solo sabes lo que va a suceder. Como una sucesión de hechos ya visto y aprendidos. Como un retorno a un viejo suceso de igual característica.
Sucede también en mi mente la variación de contrariedades de personalidad. Ángel=demonio, pensamiento claro = pensamientos enlazados. , Es claro que es mi ser de dualidad el que produce estas variaciones, pero como no ser dual? Es una pregunta ya recitada, será que soy adicta a las grandes sensaciones y por eso las busco en diferentes personalidades. O en realidad solo es algo causal?
Mi mente desvaría por momentos y siente esa extraña fuerza q la tumba y la levanta. Caer y subir, descender y elevarse. El camino se torna áspero y las sensaciones se canalizan en retratos nunca antes vistos. Todo mi ser finaliza en un sueño. En algo que va mas allá de la realidad racional y automatizada de hoy. Y sectores de mi cuerpo siempre realzan su sensibilidad y recorre por ellos una energía, una estimulación superior, trascendente, infinita. Calor, transpiración. La mirada en las alturas, mis hombros columpiándose, acompañando el sentir dentro del contorno.
El renacer: el eterno retorno a la simple existencia primera, el desaparecer parte de uno, el eliminar personajes, el de claudicar sucesos. Una simple añoranza a lo anterior, a lo puro, al ayer significativo. Seria el buscar un vació? No, seria encontrar lo lleno del vació, de una manera nueva, en un nuevo despertar.
El resurgir: Es la muerte prematura, para alcanzar una verdad mas alta, el destruir todo. Es encontrarse con la oscuridad absoluta, con la caída mas horrible e infinita en la existencia de uno, es el verse a si mismo morir, pudrirse, caer en lo mas hondo, y aun así querer volver a la vida, querer saber mas de ella, querer completarla. Conociendo así las dos dualidades de la existencia Luz-oscuridad y conociendo así algo más de uno mismo, porque todos somos la vida y uno es el universo.
Viaje primitivo: Oír, oler, sentir, escuchar, hablar con el ADN, con la filogenia en el cuerpo de uno, encontrar la génesis perdida en el tiempo con una conciencia doble. Ayer-hoy, aquí –allá. El tiempo esta en nosotros, una memoria colectiva vive adentro en el aquí y ahora.
La valentía de ser uno mismo, de encontrar con los compañeros de vida, eso que nos hace humanos y lo que nos hace únicos.
Explorar la mente individual es un camino escabroso , donde uno con variaciones de conciencia puede encontrar respuestas a preguntas inalcanzables en otros estados, a preguntas que estan en ese otro estado, las sustancias que alteran nuestras percepción han existido por millones de años y han sido utililizadas por centenares de hombres en todos los tiempos para alcanzar un estado superior, para hacerse a dios y a uno mismo.
El Cielo y el Infierno, palabras tan abarcadoras como significativas del pensamiento humano, estos años de mi existencia me han dado a comprender la realidad de estos mundos tan diferentes, que no son otra cosa que la dualidad de la que se compone el ser humano. Que se acomoda bien con la palabra resurgir. Descender hacia lo más oscuro de uno mismo, para elevarse a una altura superior de entendimiento. La oscuridad trae consigo lo que uno desdeña, pero que habita en nosotros; instintos primitivos, egoísmo y apatía hacia los demás. Todo esto vemos en nosotros, como también en los demás seres, lo que nos causa a una suerte de desamparo, angustia, miedo irracional a la muerte. El infierno personal se hace de nuestra experiencia de angustia, así como también nuestro Cielo personal o ideal se hace de sensaciones de placer.. Todo vive en nosotros y nos hace ser quienes somos o como creemos ser. Seres de luz y oscuridad.

domingo, 8 de mayo de 2011

Arthur Rimbaud

No hay tal partida. Retomemos los caminos de aquí, cargado con mi vicio, el vicio que ha hundido sus raíces de sufrimiento en mi flanco desde la edad de la razón, que sube al cielo, me golpea, me derriba, me arrastra.
La última timidez y la última inocencia. Está dicho. No mostrar al mundo mis ascos y mis traiciones.
¡Vamos! La caminata, el fardo, el desierto, el hastío y la cólera.
¿A quién alquilarme? ¿Qué bestia hay que adorar? ¿Qué santa imagen atacamos? ¿Qué corazones romperé? ¿Qué mentira debo sostener? ¿Entre qué sangre caminar?
Mas vale guardarse de la justicia. La vida dura, el simple embrutecimiento, levantar, con el puño seco, la tapa del ataúd, sentarse, sofocarse. Así, nada de vejez, ni de peligros: el terror no es francés.
-¡Ah! estoy tan desamparado, que ofrezco a cualquier divina imagen mis ímpetus de perfección.
¡Oh mi abnegación, oh mi caridad maravillosa! ¡Aquí abajo, no obstante!
De profundis Domine, ¡si seré tonto!